lunes, 24 de febrero de 2014

Alberto M. Alvarado López




Alberto M. Alvarado López 
1864- 1939 
Director y compositor 



El gran compositor de fina inspiración que dejara sus obras de fama internacional como sus inolvidables valses Recuerdo y Río rosa, Alberto M. Alvarado López, nació en la ciudad de Durango, capital del estado del mismo nombre, el 10 de diciembre de 1864. Sus Padres fueron ?Don José Refugio Alvarado y Doña Agapita López de Alvarado. Cuando aún no cumplía los ocho años de edad, se inició en la música con el maestro Don Pedro H. Ceniceros. Las naturales disposiciones que poseía para la música y su gran afición le hicieron adelantar tan rápidamente que, en 1875, figuraba entre los ejecutantes más destacados del maestro Don Manuel Herrera, organista de la catedral de Durango.

En la capital duranguense, desde el año de 1863, los pequeños conjuntos musicales y orquestas del baile, vinieron evolucionando debido al afán de progreso de los músicos. Así, encontramos que el Profesor Don Jesús Trujillo tenía constituido un sexteto, entre cuyos integrantes estaba como violinista el también célebre músico de Durango, Don Alberto Amaya, quien en 1882 se trasladó a la capital de la república con el fin de ingresar al Conservatorio Nacional de Música, para aumentar su acervo de los conocimientos músicales. 

Al dejar el maestro Amaya el puesto de violinista en el sexteto, fue llamado el maestro Alvarado para cubrir la vacante. Al poco tiempo, el maestro Trujillo le dejó tambien la dirección del conjunto, al que Alvarado introdujo nuevos elementos. La orquesta bajo su dirección, rápidamente adquirió prestigio en la ciudad duranguense. En 1883 el maestro Alvarado era considerado el mejor violinista de Durango, lo que le valió ingresar como concertino a la compañía de opera de la eminente cantante Ángela Peralta, al llegar en su gira a esta ciudad, de donde prosiguió a Mazatlán, lugar en que se disolvió dicha compañía al ser atacada por la fiebre amarilla, de la que murió víctima la famosa diva mexicana, el 30 de agosto de ese mismo año. De Mazatlán regresó el maestro Alvarado a Durango e ingresó como director a la compañía de zarzuela de Don Faustino Ureña, en la que debutó dirigiendo "Los sobrinos del Capitán Grant". En su nuevo puesto de director de zarzuela, adquirió la experiencia que lo preparó para hacerse cargo, posteriormente, de la banda de música del escuela conrreccional del estado, la que dirigió varios años. El primero de octubre de 1892 llegó a la ciudad el primer ferrocarril, y para celebrar este magno acontecimiento, se realizaron festejos efectuados los días 10,11 y 12 de noviembre del mismo añoo, en los cuales actuó con gran éxito la orquesta del maestro Alberto Alvarado. El triunfo que obtuvo la orquesta en estas fiestas, determinó que el gobierno del Estado la enviara a la exposición internacional de Chicago de 1893, en la que alternó con orquestas de fama mundial. A su regreso de esa visita al país del norte, nuevamente volvió a los Estados Unidos de norte América, como director de opereta y zarzuela, habiéndose presentado en Chicago, Atlanta , Búfalo y Nueva Orleáns. Al regresar a Durango, le fue encomendada la dirección de la banda del estado, puesto en el que permaneció, ininterrumpidamente, doce años. Posteriormente volvió en otra gira a los Estados Unidos, al frente de una compañía de opereta, con la que estrenó allá varias obras. La producción musical del maestro Alvarado es muy amplia, puesto que desde muy joven escribió para las orquestas y bandas de música que él dirigía; se asegura que sus obras pasan de 1500. Dada la importancia y calidad de sus obras, pronto tuvieron gran prestigio no sólo en la ciudad de Durango, sin en todo el estado y después en la república entera. Algunas de estas composiciones han alcanzado renombre internacional, como sus gustados e inolvidables valses Río rosa y Recuerdo. A partir de 1886 su producción musical vino siendo de formas más amplias y de mayor calidad, entre las que se encuentran oberturas, fantasías, óperas, operetas y obras sinfónicas como "El príncipe de Asturias", que, en 1908, en España, ejecutó la real banda de alabarderos de Madrid. El maestro Alberto Alvarado se hizo merecedor a muchos homenajes y recibió numerosos premios. El 17 de setiembre de de 1922, entre los festejos que se celebraron en la ciudad de México, con motivo de las fiestas patrias, la banda de artillería le rindió ferviente homenaje, ofreciendo una audición con obras suyas. El dos de octubre de 1923, en Ciudad Juárez se organizó un sindicato de músicos, el cual honró al maestro Alvarado adoptando su nombre. En 1924 la Banda de Charros de Pachuca, capital del estado de hidalgo, le otorgó una condecoración. En 1929 el gobierno de su estado natal le concedió una pensión vitalicia la cual al morir él, pasaría a su esposa, por haberse estrenado en Bélgica, el 7 de abril de ese año, su poema sinfónico Cuauhtémoc. El 14 de abril de 1935, en Durango se le rindió un gran homenaje, al inaugurarse una escuela primaria con su nombre. Don Alberto M. Alvarado, el inspirado compositor de muchas obras que son y serán siempre gustadas por todos, falleció el 18 de junio de 1939, en la misma ciudad que lo vio nacer: Durango.




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